Jugar en las grandes ligas – por Alejandra Berazategui

Este año alcanzamos uno de los grandes hitos de nuestra historia de una década como contratantes de conferencistas de alto nivel: traer al país a Thomas Sargent, uno de los macroeconomistas más reconocidos de la historia y Premio Nobel de Economía 2011.

Un aporte de altísimo valor agregado para los empresarios y los funcionarios de gobierno nacionales, que pudieron nutrirse de su conocimiento. El mercado demanda contacto con este nivel de personalidades, debido a la alta competencia y al contexto cambiante. El conocimiento es lo que marca la diferencia.

¿Cuál es el camino recorrido para semejante logro? ¿Cuáles son los pasos que se siguieron para que una personalidad internacional de este calibre aceptara la propuesta de venir a la Argentina? Es un trabajo arduo y escalonado que comienza con el posicionamiento interno. Fue esencial que los decisores de empresas y del sector público nacional nos considerasen referentes en nuestro segmento.

Mira también  ¿Cuáles son los pros y contras de mantener una relación amorosa en el trabajo?

En este punto, fue fundamental que hayamos sido los representantes exclusivos de dos verdaderos héroes de nuestra sociedad, como lo son el futbolista Silvio Velo, histórico capitán de Los Murciélagos, y Margarita Barrientos, líder social que conduce el comedor Los Piletones.

Luego, es cuestión de escalar, de sostener la calidad, de comprometerse. En las gestiones para la llegada de Sargent, logramos contar con la influencia de personalidades de la talla del financiero australiano nacionalizado estadounidense James Wolfensohn, de otro Nobel como
Joseph Stiglitz y del expresidente mexicano Vicente Fox. Una vez establecido el contacto, es imprescindible construir una agenda atractiva para el visitante: que represente un desafío, que le abra oportunidades…

Mira también  Más del 60% de los trabajadores argentinos se mostraron interesados en las próximas elecciones

Este mismo método es el que seguimos con deportistas internacionales de élite, escritores reconocidos mundialmente, políticos de amplia trayectoria o expertos de las áreas más diversas. Una vez que se juega en las grandes ligas, los límites se desvanecen: sólo es necesario mover las piezas correctas e incluir dosis imprescindibles de creatividad y esfuerzo para eliminar la palabra “imposible” del diccionario.