Una nadadora santacruceña unió las Islas Malvinas nadando

Alejandra Broglia cumplió su objetivo el domingo pasado: unió las Islas Malvinas con el continente a nado. Tardó una hora y 36 minutos. Una nadadora santacruceña unió las Islas Malvinas nadando


Alejandra Broglia, residente en Río Gallegos, proyectó tres nados. Los mismos eran el cruce al Lago del Desierto, el cruce al Estrecho de Magallanes y el doble cruce al Canal de Beagle.

Es así, que el domingo pasado aterrizó en las Islas Malvinas y la nadadora de aguas frías conectó las mismas. Al tener un momento de conexión con su celular, ofreció un relató de su aventura, contando cómo resultó el recorrido, además de detalles del lugar, el dialogo con sus acompañantes y las sensaciones que fue viviendo. A continuación, sus palabras plasmadas en la red social de Facebook:

“Llegamos a las islas el sábado 11/2, en vuelo regular de LAN, al aeropuerto de Mount Pleasant. Ahí nos esperaba una camioneta que nos llevó, cruzando así toda la isla, hasta Puerto San Carlos y en camino pasamos por el cementerio de Darwin .

El velero » Mago del Sur » ya estaba anclado esperándonos. Nos embarcamos luego de visitar el cementerio inglés y navegamos hasta la bahía de ………. lugar donde pasamos la noche al resguardo del clima adverso. El pronóstico decía que el domingo 12 en horas de la mañana estarían dadas las condiciones para nadar.

A las 5.30 am de ese domingo el capitán encendió los motores del velero y nos despertamos. Tomamos Un breve desayuno, revisamos y ordenamos los equipos entre charlas de último momento y así partimos navegando hasta la isla contraria (Gran Malvina/West ) cruzando todo el estrecho San Carlos en una navegación de más de una hora

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Unos 200 mts antes de la costa nos pasamos al gomón quienes fuimos equipo en esta travesía, Carolina a cargo de la filmación, Christian a cargo del timón (mi guía durante el nado, además de sacar otras fotos cuando podía) y yo, la del nado, la del sueño, la de la travesía, la proeza.

Me fui poniendo el neoprene en el gomón , me preparé a conciencia : traje, doble gorro de silicona , tapones en los oídos , mi reloj Garmin para llevar registro del nado , las ultimas indicaciones de Chris , el saludo de Caro y vi la costa … empezaba a cumplir mi sueño .

Me tiré al agua desde el borde del gomón y, levantando la cabeza, visualicé el punto que debía tocar en tierra. Me recibió un agua color azul petróleo mucho menos fría de lo que esperaba. Tuve que pasar, entre nadando y trepando, unos 50 mts de cachiyuyos (algas) que, cual barrera, me separaban del punto de partida. Mientras nadaba esos primeros metros, pude ver las algas flotar y moverse como si estuvieran danzando, en cintas que se movían al compás de la marea, algunos pingüinos pasaron por debajo mío en rápido nado, no me distraje, iba a mi piedra, al llegar me afirmé como pude ya que no había fondo para pararse sino un acantilado bajo y recto, levanté mi brazo para que Cristian viera que ya estaba lista y, a la señal de su silbato comencé mi nado. Pasar la barrera de cachiyuyos me llevó unos 4/5 minutos de gatear/ nadar y ante mí se abrió un mar calmo en plena estoa.

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Desde el inicio me sentí cómoda, entré en ritmo al minuto y, manteniendo esa frecuencia, seguí mi nado. Las corrientes se hicieron sentir antes de la media hora de estar en el agua, una escarcea importante hizo que aumentara la fuerza que tenía que hacer al nadar y también hizo que Chris corrigiera mi rumbo en varias oportunidades. Las corrientes me derivaban al sur: » izquierda, izquierda » fue el grito permanente en esa parte de la travesía, un » vamos ma !!!» de vez en cuando me hacía sumar fuerzas .

No tuve noción del tiempo que llevaba nadando, estaba concentrada en mis brazadas, en mi respiración, en mi concentración.

Empecé a ver cercana la costa de isla Soledad / East y supe que era el tirón final, intenté mantener el ritmo y seguí sin haber parado para tomar o para comer algo hasta mi punto de llegada.

Los últimos minutos fueron de aliento constante de Caro y Chris , » vamos !, vamos ! Vamos ma !!! » , y llegué , está vez me recibió una costa sin algas y un acantilado de al menos cien metros de alto al cual no le vi el fondo. Me apoyé en esa piedra y sonreí, miré donde estaba, sentí el lugar, sus aguas, lo hecho , levanté mi brazo , miré hacia el fondo del mar y agradecí sonriendo .

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Volví nadando al gomón donde en calurosos y efusivos abrazos nos unimos con Caro y Chris, caras felices la de los tres, corazones contentos, habíamos escrito la historia.

No llegué al punto previsto de llegada sino a uno sin nombre a 1.3 km de distancia en dirección sur.

Volvimos al velero, hicimos comentarios, vimos algunas fotos y compartimos vivencias. Esa noche y hasta el martes a la madrugada nos quedamos anclados en Port San Carlos, una estancia que nos resguardó del temporal que azotó las islas esos días.

Volvimos navegando durante 18 hs en pleno mar austral hasta Puerto Argentino / Stanley donde , desde esta mañana ( miércoles 15 ) a las 03 am estamos anclados en puerto .

Sin señal de celular ni modo de comunicarnos hemos pasado los últimos casi 5 días. Hoy, y por un rato, tenemos internet en un bar local y no quería dejar de contarles lo hecho, de compartir con ustedes mi travesía, que en parte también ha sido suya, de todos los que sumaron ese día su energía a la mía, ya sea con sus pensamientos, con una oración o con lo que fuera. Sepan que los llevé en mis pensamientos durante gran parte de mi nado, sumaron fuerzas a la mía, nadaron conmigo.

Gracias, a todos y a cada uno de los que en estos meses me alentaron y me siguieron, los valoro y recuerdo, son parte.

Como siempre GRACIAS a Dios y a la naturaleza por lo permitido y por lo logrado.

Travesía cruce a nado Estrecho San Carlos, lista.

Sueño cumplido, sueño realizado.

 

lavozsantacruceña.com.ar